Un Gran silencio

por. Gabriela Sapienza

Hugo Guerrero Marthineitz, el hombre que llegó del Perú a Buenos Aires en 1955, que ya era famoso a los 17 años por ser la voz más linda de Lima y del resto del Perú y que se convirtió en la Argentina en un locutor famoso falleció el pasado 21 de Agosto.
Creó éxitos memorables como El club de los discómanos, Splendid Show y El show del minuto pero su programa más exitoso se llamó A solas y consistía en entrevistas íntimas a celebridades y personalidades.
El negro Guerrero Marthineitz empezó a hablar arriba de la música cuando eso era una herejía; empezó a repetir una canción que le gustaba mucho y esto que hoy nos parece cosa común, en esos años era una osadía. El negro Guerrero fue, entre otras cosas, el gran desacartonador de la radio argentina, el que le sacó el saco y la corbata y reemplazó la solemnidad por el fraseo, por el silencio exasperante y el comentario mordaz. Durante muchos años la radio estaba absolutamente libreteada y si bien no fue el primero ni el único en contribuir a erradicar los libretos, sin duda fue el que con más talento desarrolló la improvisación, fue el que desató una dura polémica al denunciar al aire que existía la payola (el arreglo con las compañías de discos), aseguraba que sus colegas recibían plata de las compañías grabadoras a cambio de difundir los temas elegidos por los empresarios. Odiado por algunos y amado por otros Hugo Guerrero Marthineitz cambió la radio argentina para siempre, según Marcos Mundstock: “La radio comienza a cambiar y a ser mas coloquial con el negro Marthineizt”.
Hasta siempre peruano parlanchín, el de la voz grave, el de los silencios…


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